Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz
y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que de tal suerte, yo todavía,
no terminé de callar.
Todo empezó en la sorpresa,
en un encuentro casual
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar.
Sin querer se hace una ofrenda,
que pacta con el dolor
o pasa un ángel,
se hace leyenda
y se convierte en amor.
Ahora comprendo
cual era el ángel
que entre nosotros pasó:
era el más terrible, el implacable,
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal.
Ángel que pasa, besa y abraza.
Ángel para un final.