martes, 4 de marzo de 2008

APARATO DIGESTIVO

El aparato digestivo tiene la función de transformar sustancias complejas como: carbohidratos, lípidos y proteínas entre otros en energía.
En los seres vivos la forma del aparato digestivo puede variar aunque el fin siempre será el citado anteriormente.
Los vertebrados presentan un aparato digestivo desarrollado, se compone de los siguientes órganos:
Cavidad bucal
Faringe
Esófago
Estómago
Intestino
Glándulas anexas


Cavidad Bucal o boca
Dentro se encuentran los dientes cuya función es cortar, trocear y triturar los alimentos (digestión mecánica)
En la boca encontramos también la lengua (que tiene una gran cantidad de papilas gustativas), cuya función es la de mezclar los alimentos y facilitar su tránsito hacia el esófago. En la cavidad bucal desembocan las glándulas salivales.
Segregan saliva, cuyas funciones son:
actuar como lubricante
destruir parte de las bacterias ingeridas con los alimentos
comenzar la digestión química mediante enzimas.
Una vez finalizado los procesos que tienen lugar en la cavidad bucal, se produce la deglución del alimento ingerido.

Faringe
La faringe es un tubo muscular que comunica el aparato digestivo con el respiratorio.

Para que las vías respiratorias permanezcan cerradas durante la deglución se forma en la faringe un repliegue, llamado epiglotis , que obstruye la glotis. De esta forma se impide que el alimento se introduzca en el sistema respiratorio.
Esófago El bolo alimenticio es lanzado desde la lengua hasta el borde de la garganta y luego, por los músculos faríngeos, al esófago, a través del cual, mediante una serie de movimientos peristálticos, desemboca en el estómago.

Estómago
Constituye una dilatación del tubo digestivo, donde se almacenan los alimentos durante un tiempo para que pasen al intestino en un estado de digestión avanzado.
Se compone de :
una región cardíaca, que limita con el esófago mediante un esfínter llamado cardias
una región media, llamada cuerpo
y una región pilórica que comunica con el intestino a través del esfínter pilórico.

El estómago es musculoso, por lo que gracias a sus contracciones, se completa la acción mecánica. Además en él se realiza parte de la digestión química, gracias a la acción del jugo gástrico, segregado por las glándulas de las paredes.
En general, después de permanecer en el estómago el tiempo necesario, los alimentos forman una papilla, llamada quimo, que pasará poco a poco al intestino

Intestino delgado: Formado por tres porciones:
duodeno
yeyuno
íleon
Se realizan dos funciones distintas:
la digestión química total de los alimentos y
la absorción de éstos
Duodeno.
En este tramo desembocan:
el hígado, que segrega la bilis
el páncreas que segrega el jugo pancreático.
Además en las paredes de la mucosa intestinal existen otras glándulas como las
Glándulas de Brünner que segregan mucus y las glándulas de Lieberkühn, que segregan jugo intestinal.
El resultado de la acción de estos jugos es conseguir que:
los glúcidos se transformen en monosacáridos
las grasas se rompan en ácidos grasos y glicerina
las proteínas se rompan en aminoácidos.
Al finalizar la digestión, el quimo se ha transformado en un líquido lechoso, llamado quilo formado por:
agua
monosacáridos
aminoácidos
glicerina
bases nitrogenadas
productos no digeridos.
La digestión ha terminado y sus productos deben traspasar la pared intestinal (absorción) para ingresar en el torrente circulatorio y ser transportados a todas las células del cuerpo. La absorción se realiza molécula a molécula a través de la pared intestinal.

Intestino grueso
Se halla separado del intestino delgado por la válvula ileocecal. Su mucosa presenta unos repliegues transversales, que le dan un aspecto característico. Las glándulas que tapizan la mucosa segregan mucus.
A lo largo del intestino se absorbe una gran cantidad de agua, por lo que a medida que se acercan al tramo final, transportados por los movimientos peristálticos, van espesándose. Estos productos se expulsarán al exterior en el proceso denominado egestión o defecación.
Entre los productos residuales se encuentran las paredes celulósicas de los vegetales, a cuyas expensas viven una serie de bacterias saprofitas simbiontes (flora intestinal), que producen fermentaciones con desprendimiento de gases. También producen algunas sustancias útiles para el organismo, como la vitamina K.
En el intestino grueso también se desarrolla la absorción del agua contenida en el material líquido formando una masa más consistente, y las glándulas de la mucosa segregan un moco que sirve para lubricar la masa fecal que debe pasar del intestino al recto.
La progresión de esta masa se hace a través de movimientos peristálticos distanciados en largos intervalos.
La defecación es un acto reflejo, pero se puede controlar (hasta cierto punto) por la voluntad. Las heces, en el momento de su expulsión, están formadas en un 65% de agua y el resto de bacterias en gran cantidad (en su mayoría muertas antes de su eliminación), por sustancias derivadas de la escisión, fermentación y putrefacción, productos de la secreción intestinal, pigmentos biliares y sales minerales.

Glándulas anexas
Además de las glándulas salivales, hay otras dos glándulas que contribuyen a la digestión:
El páncreas
El hígado
El páncreas es una glándula mixta, porque segrega hormonas (componente endocrino), y jugo pancreático (componente exocrino).
El jugo pancreático llega al intestino a través del conducto de Wirsung, que desemboca junto con el colédoco, en la ampolla de Vater. La misión del hígado es fundamentalmente metabólica, pero contribuye a la digestión mediante la bilis. Ésta se almacena en la vesícula biliar. Desempeña un papel importante en la digestión de las grasas, ya que contribuye a dividir las sustancias grasas en partículas más pequeñas, con lo que se facilita el ataque de las enzimas lipasas al aumentar la superficie de las gotas de grasa